“Confía en el SEÑOR, y haz el bien; habita en la tierra, y cultiva la fidelidad. Pon tu delicia en el SEÑOR, y El te dará las peticiones de tu corazón. Encomienda al SEÑOR tu camino, confía en El, que El actuará; hará resplandecer tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía. Confía callado en el SEÑOR y espérale con paciencia; no te irrites a causa del que prospera en su camino, por el hombre que lleva a cabo sus intrigas. Deja la ira y abandona el furor; no te irrites, sólo harías lo malo.” Salmo 37: 3-8
Hoy puedo tomar dos decisiones: puedo “hacerme la loca” y zafarme de todas mis responsabilidades con mi esposo y con hogar con quinientas excusas para no cumplir con mi rol; o puedo decidir creerle a Dios y trabajar duro para ser la mejor ayuda idónea que puedo ser.
Este salmo de hoy me motiva a poner mi mirada en el Señor y no envidiar a las mujeres del mundo que viven “su” vida, pagan un servicio, tienen miles de ayuda para cumplir su rol, y mucho dinero para resolverlo todo. Toda esta prosperidad terrenal se desvanece; su alma llorara por la eternidad.
Mi confianza esta en el Señor, mi ayudador, quien me sustenta mientras le sirvo conforme a Su voluntad. Dios ha prometido que me dará lo que necesito, cubrirá mis necesidades (no mis antojos), y esto es mas de lo que merezco…es por Su gracia.
Quiero que mi deleite esté en Dios, es mi deber y a la vez es un privilegio. Quiero que mi voluntad esta alineada con la Suya, para que los deseos de mi alma santificada sean concedidos. Se que él no me ha prometido darme todo lo que se me ocurra, basado en mis deleites carnales. Mi deseo es amarlo y conocerlo, amar Su Palabra y obedecerla, cumplir con sus mandatos, servirle, deleitarme en Su ley.
Este nuevo año Dios te entrego mi camino, mi matrimonio, mi hogar, mi trabajo, mi carácter, mi servicio, mi ser… Mis cargas, mis preocupaciones, mi ansiedad, mis temores, lo deposito en ti Dios. Mi futuro esta en tus manos, mis días están contados ya- y solo tu sabes lo que traerás a nosotros. Ayúdame a no estresarme y afanarme por el día de mañana, que me baste con el afán de cada día y que tu me mantengas quieta en ti. Espero y confío en ti.
Mis peticiones, mis oraciones, las presento delante de ti Dios. Ese es mi deber, ser diligente en lo que me corresponde, y dejar que tu actúes mi Señor. Se que tu obras conforme a tus propósitos, que tus pensamientos para mi son de bien y no de mal, y que tu voluntad es buena, agradable y perfecta. Todo obra para mi bien. Perdóname por las veces en que he estado afanada, preocupada, afligida y triste en mi matrimonio. Lo poco y lo mucho que nos has dado, vale mucho mas que las riquezas mal obtenidas por los impíos. Mi provisión viene directamente de tu mano, por tu misericordia, que privilegio. Tu provisión nos ha dado paz, quietud y esperanza.
Ayúdame Dios a descansar en ti durante todo el 2011. J
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