“ Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.” (II Tim. 1:7)
Para ser una verdadera ayuda idónea y una mujer de Dios en estos tiempos se requiere valentía. “Wimpy theology makes wimpy women” (John Piper, True Woman 2008). Una mujer de Dios no puede tener un carácter débil y egoísta, el temor no viene de Dios; porque Dios nos ha dado, a través de su Palabra, todos los recursos espirituales que necesitamos para librar las batallas de cada día. Dios nos llena de su poder día a día, y es una fuente inagotable de energía y aliento cuando nos sentimos cansadas, agotadas, y que no podemos mas. Su poder, su amor y el dominio propio nos permite enfrentar todas las dificultadas, tentaciones y peligros en nuestras vidas.
Dios también nos llena de su amor para vencer todo aquello que se opone a El, y nosotras. Este amor que El mismo nos da es para agradarlo a El, siendo obedientes a Su Palabra y sus mandatos, y así mismo agradar a los demás y vivir en armonía. El dominio propio es necesario para mantener nuestra mente organizada, y priorizar aquellas cosas que son necesarias hacer y otras que no debemos hacer. No puedo perder mi tiempo en cosas triviales, en Internet, en la televisión, en conversaciones que no edifican; y dejar de atender mi casa, mi esposo, mi tiempo con Dios y mi vida espiritual.
Cuando nos sentimos llenas de temor y sin atrevernos hacer nada, eso genera confusión y desorden; somos capaces de llevarnos de cualquier mal consejo o de nuestros impulsos. Cuando mi mente esta enfocada en la soberanía de Dios y en sus propósitos eternos, puedo controlar mis emociones y mis acciones para que el resultado sea piadoso y agradable a Dios. Poder, amor y dominio propio necesito para ser una esposa sabia.
Una mujer sabia es una mujer tranquila, paciente y confiada en Dios. Si soy creyente tengo el Espíritu Santo morando en mi, y éste no es el autor de mujeres cobardes, poquitas, ni de temores que esclavizan. Pero, para convertirme en la mujer que El desea que sea, es posible que tenga que pasar por pruebas y aflicciones; donde él me muestre Su poder y Su amor, y así me capacita durante ellas.
Que este nuevo año podamos sentir mas que nunca su poder y su amor, y así mismo que Su Espíritu nos llene de estos, y junto al dominio propio seamos la ayuda idónea que ya Dios diseño que fuéramos.