Entonces María, tomando una libra de perfume de nardo puro que costaba mucho, ungió los pies de Jesús, y se los secó con los cabellos, y la casa se llenó con la fragancia del perfume. Juan 12:3
Que bueno que muchas de nosotras tenemos devocionales todos los días como parte de nuestra rutina diaria. Pero realmente estos devocionales diarios están llenos de devoción o lo hacemos para "ponchar" con Dios y arrancar bien nuestro día- como un "amuleto de la suerte". Lo hacemos sin disfrutar de una relación íntima con nuestro devoción, sin comunión y sin intimidad.
Nos concentramos mayormente en conocer DE Dios, sabernos las historias, recordar nombres, memorizar versículos- pero estamos atentas a conocer A Dios. Podernos deleitar en sus promesas, en su carácter, en su fidelidad, en su amor, su gracia y misericordia mostrada en cada libro y cada historia con su pueblo y sus escogidos.
Hoy en día, nosotras vivimos estresadas. Llenas de actividades, aún las espirituales nos cargan, cosas que hacer y actividades que cumplir. Full de responsabilidades pero muchas sin una perspectiva eterna. A todas esas cosas que le dedicamos tiempo y esfuerzo, tienen algún valor eterno? o son pasajeras, banales?
Cada día debemos escoger la mejor parte, como María, decidir sentarnos a los pies de Cristo. No podemos dejar eso al azar- es una decisión consciente y voluntaria de deleitarme a los pies del Maestro.
Es el único lugar donde puedo encontrar misericordias que se renuevan cada mañana, encuentro perdón para mis pecados diarios,encuentro gracia para seguri adelante, encuentro paz para mis cargas, encuentro esperanza para entender que El tiene el control de todo, encuentro fortaleza para levantarme día a día a luchar..
Que nuestra oración sea como la de David en el Salmo 27:4 Una cosa he pedido al SEÑOR, y ésa buscaré: que habite yo en la casa del SEÑOR todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del SEÑOR, y para meditar en su templo.
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