Ayer robaron mi laptop del carro. Me duele la información que ahí estaba, realmente lo material no ocupa gran lugar en mi corazón. Anoche leía este salmo una y otra vez:
que traman maldades en su corazón;
que cada día provocan guerras.
Aguzan su lengua como serpiente;
veneno de víbora hay bajo sus labios. (Selah)
Guárdame, SEÑOR, de las manos del impío;
protégeme de los hombres violentos,
que se han propuesto hacerme tropezar.
Los soberbios han ocultado trampa y cuerdas para mí;
han tendido red al borde del sendero;
me han puesto lazos. (Selah)
Dije al SEÑOR: Tú eres mi Dios;
escucha, oh SEÑOR, la voz de mis súplicas.
Oh DIOS, Señor, poder de mi salvación,
tú cubriste mi cabeza en el día de la batalla.
No concedas, SEÑOR, los deseos del impío;
no hagas prosperar sus malos designios, para que no se exalten. (Selah)
En cuanto a los que me rodean,
que la malicia de sus labios los cubra.
Caigan sobre ellos carbones encendidos;
sean arrojados en el fuego,
en abismos profundos de donde no se puedan levantar.
Que el hombre de mala lengua no permanezca en la tierra;
que al hombre violento lo persiga el mal implacablemente.
Yo sé que el SEÑOR sostendrá la causa del afligido,
y el derecho de los pobres.
Ciertamente los justos darán gracias a tu nombre,
y los rectos morarán en tu presencia.