Espera al SEÑOR;
esfuérzate y aliéntese tu corazón.
Sí, espera al SEÑOR.Salmo 27:14
Cuantas veces hemos menospreciado la gran esperanza que tenemos de que nuestro Señor vendrá. Cuando he perdido esta gran verdad de foco, mis días y obrar parecen sin sentido, sin importancia. Es imposible vivir una vida intencional, con propósito, esperando que recibiremos grandes recompensas terrenales mayores que la esperanza de que el Señor vendrá por nosotros. El querer tirar la toalla, en cualquier proyecto que emprendamos, es casi inevitable.
Cuando nos sentimos sin esperanza, cansadas, frustradas- es ahí donde debemos clamar a nuestro Dios y El en su infinito amor y poder, nos dará las fuerzas para terminar aquellas cosas que hemos comenzado. Nuestro corazón sera confortado y fortalecido en El. El cansancio pasara, las quejas cesaran, las tentaciones huirán... Dios nunca deja de ser. Su amor y Su Palabra no pasaran. EL ha prometido que estará con nosotros todos los días de nuestras vidas, si ponemos nuestra confianza y fe en El. El es nuestra Roca, nuestro pronto auxilio, nuestro guardia y cuidador.
Pensamiento del Día: A medida que la espera continua, la carga se aligera.