“El que halla esposa halla el bien y alcanza la benevolencia de Jehová” (Pr. 18:22)
Dios concibió a la mujer como “algo bueno” y a veces me pregunto si mi esposo cada día piensa que Dios le ha regalado “algo bueno”. Dios nos recuerda que un hombre obtiene el favor de Dios al conseguir esposa. No es lo que el mundo trata de venderle a los casados, que el estar casado es un problema y fastidio. La Palabra de Dios nos revela la gran bendición que es para el hombre el tener una esposa, y como nosotras nos convertimos en ese instrumento de bendición en las manos de Dios.
Mi pregunta, para mi misma o cualquiera que lo lea, es si realmente estoy cumpliendo mi rol de haber sido creada para suplir las necesidades de mi esposo. Si mi esposo y el mismo Dios puede decir de mi que soy “algo bueno”. Si realmente estoy siendo esa ayuda adecuada para las necesidades de mi pareja.
Ser una buena esposa no es para vanagloria propia. El serlo honra a Dios y es una gran bendición para el hombre, mostrando el favor divino para con él. Quiero que mi esposo se sienta amado, servido, respetado, obedecido y bendecido con el regalo que Dios le dio. Debo, diariamente, cuidar de mi esposo, de mi casa, ser prudente y al ser una mujer virtuosa soy llamada corona de mi marido.
Hoy recuerdo mis votos donde le prometí a mi esposo, delante de Dios, que sería su más fiel admiradora y su fan número uno. Recuerdo que le dije, mirándolo a sus ojos, que viviría mi vida primero para Dios y luego para el. Ayúdame Dios a cumplir mis promesas.
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