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viernes, 14 de enero de 2011

Poderoso


Ultimamente he sido muy ministrada a traves de canciones que hablan del Poder de DIos. No se que hay en mi interior, mi condicion actual, pero desde que pienso y medito en estas verdades sobre el Dios Poderoso que tengo a mi lado, no paro de llorar. Me hace confiar, mis temores se calman, la ansiedad se aplaca.Es como si acabara de conocerlo, de comprobar su poder de liberarme del pecado, de perdonar mis culpas, de sanar mi dolor. Mi mente no comprende, no entiendo como mi alma se emociona de pensar en esto. Gracias Dios por ser mi Dios, TODOPODEROSO. Les comparto las canciones/letras que no paran de ministrarme esta semana.

* Tu eres Santo
Santo
El Señor Dios
Poderoso
Digno de alabar
Digno de alabar
Tu eres Santo

Poderoso. Hillsong

Su amor
Me alcanzó
En la cruz
Por mi murió
Mi pecado Él llevó
Con poder resucitó

Sigues siendo
Siempre fiel
Mi refugio
Mi sostén
Jesucristo es la verdad
Que me dio la libertad

Poderoso
Poderoso
Me libraste
Me salvaste
Está escrito
Has vencido
Cristo Tú eres Señor

Sin principio
Sin final
Esperanza sin igual
El perdido encontró
En Jesús la salvación

Que Tu nombre sea exaltado
Sea exaltado
Sea exaltado

http://www.youtube.com/watch?v=Hmjaxsi45KI

Lugar Santo. Paul Wilbur
Yo entro al lugar, mas santo
a través el Cordero de Dios
y vengo tan solo a adorarte
yo entro a honrar al YO SOY.

Coro:
Dios te Adoro a tí, te adoro a tí
Dios te adoro a tí, te adoro a tí
pues tu nombre es Santo, Santo,Dios
Pues tu nombre es Santo, Santo,Dios

martes, 11 de enero de 2011

ADAPTATE


“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” (Rom. 12:2)

Cuanto me quejo de que por que las cosas no son así o asao, o porque esta persona reaccionó así, o porque no actuó de tal manera. Y mas con mi esposo! Acabo de leer una frase que dice LA MUJER SABIA APRENDE ADAPTARSE A SU MARIDO. No es algo que voy a lograr de un día para otro, es algo que me llevara un tiempo aprender y practicar. No es quejándome y tratando de cambiarlo que seré feliz o seré sabia; es adaptándome a él, entendiéndolo, buscándole la vuelta…

Pablo nos exhorta a que no nos conformemos. No puedo estar tranquila con quien yo soy ahora, no basta. Mi esposo no es perfecto, tampoco yo. Necesito entender como es él, como yo soy y estar dispuesta a ser transformada. No nos ajustemos a este sistema y tratemos de encajar en sus valores y creencias; con eso de la liberación femenina, que las mujeres no pueden aguantarle nada a los hombres, que somos “superiores” a ellos… de hacerlo estaremos siendo dominadas por Satanás, el príncipe de este mundo. Debo preguntarme diariamente si soy una bendición o una maldición para mi esposo.

Mathew Henry en su comentario de este versículo dice que “la conversión y la santificación son la renovación de la mente.” El transformarme implica un cambio, no de la sustancia (porque Dios me hizo única) sino de mi carácter y las cualidades del alma. Es un cambo necesario para un matrimonio exitoso. Es una metamorfosis, donde le muestro al mundo, a mi esposo, a través de mi conducta externa que mi naturaleza interior ha sido redimida. Diariamente debo morir al pecado e ir caminando más y más en pos de la santificación, que me llevará a vivir una vida de justicia.

Cuidémonos de no estar siempre tratando de cambiar a nuestra pareja. Es mas fácil adaptarse a lo que él ya es. Claro, siempre cuando no sea pecaminoso. Eso es sabiduría. Si él fuera perfecto, no me necesitaría. Mi deber es amar y apoyar a mi esposo con sus debilidades, dejar que él sea quien lidere todas las decisiones, y crecer junto con él hasta llegar a la plenitud de Cristo.

Debemos renovar nuestro entendimiento a medida que el Espíritu Santo cambia nuestra manera de pensar. Esa renovación solo ocurrirá mediante el estudio y la meditación constante de las Escrituras. Una mente renovada es aquella que esta saturada y controlada por la palabra de Dios. Comenzará en el entendimiento pero luego será en tu voluntad, los afectos y la conversación, hasta que alcancemos la semejanza de Dios.

viernes, 7 de enero de 2011

Llévate de Consejos


“Como aguas profundas es el consejo en el corazón del hombre; mas el entendido lo alcanzará.” (Prov. 20:5)

Cuantas mujeres sabias hay alrededor de nosotras, en nuestra familia, en la iglesia, en la familia, en otros sitios. Muchas de ellas están calladas y no se atreven a opinar cuando alguna de nosotras comete un error, o no esta caminando bien. Nuestro deber es ser diligentes e ir a buscar esa sabiduría de hermanas mayores. Es identificar aquellas mujeres sabias, virtuosas, con un carácter afable y apacible, con un matrimonio sano, hijos en sumisión, y pedirles consejo, oración, confrontación.

Aquellas de nosotras que tenemos poco tiempo en el caminar del matrimonio o aquellas que están por iniciarlo debemos entender que no llegamos a éste con todas las destrezas necesarias para que arranque a la perfección. Nos falta madurar mas, servir mas, amar mi rol, cocinar mejor, estar mas atenta a las cosas del hogar, y todo lo demás que se requiere. No podemos frustrarnos, busquemos ayuda y consejo.

Otra cosa es que no podemos vivir angustiadas en tratar de querer cambiar la forma de ser de nuestro esposo. Dios lo diseñó así, conócelo mejor. Debemos ser agradecida de lo que Dios ha hecho en él y a través de él. Debo honrarlo y darle gracias a Dios que me dio un hombre así, a Su imagen. Debo ver cada detalle que Dios le dio en su carácter y personalidad como algo que aprovechar, cero quejas. Si es un hombre recto y estable, eso trae paz y seguridad a nuestras vidas. Si es un hombre tierno, no es que sea un “mamita”; eso es una fortaleza. Aquellos hombres que piensan mucho antes de tomar una decisión no es que sean indecisos, es que son cautelosos y sabios. Y así podemos encontrar miles de razones para agradecerle a Dios por el esposo que nos regaló.

Necesitamos, una y otra vez, recordar a estar quietas y escuchar. Buscar consejo y orar. Dios cambiara y moverá a nuestros esposos en Su tiempo. Le pido a Dios paciencia y sabiduría para esperar en El, y mientras tanto tener un espíritu afable y apacible, y no estar de rencillosa el día entero. Oremos por sabiduría para nuestros hombres, dejemos de empujarlo a levantar la mano en la iglesia para orar, o “tirándole” para que sea mejor líder espiritual, que cumpla con todos los requisitos que nosotras necesitamos. A muchos de nuestros esposos callados, Dios así lo diseñó. Diseñó a ese hombre callado, tierno, apacible, pensativo, cauteloso, para nosotras! Otros de los hombres que son dominantes, sanguíneos, lo buscan para oír su consejo y encontrar esa paz que transmiten.

Que Dios nos de sabiduría para buscar el consejo de aquellas mujeres mas maduras espiritualmente, el consejo del esposo, y que podamos esperar pacientemente mientras Dios hace la obra en él, en mi y en el matrimonio.

jueves, 6 de enero de 2011

Ganatelo!


“ Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos, para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabras por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y respetuosa.” (1 Pe. 3:1-2)

Como mujeres, como esposas, como hijas, madres, amigas y sobretodo como hijas de Dios debemos tener mucho cuidado de hablar negativamente de las personas. Un comentario fuera de lugar, revelando interioridades, con sarcasmo, o con la intención de herir y molestar puede ponerle fin a una amistad/relación de toda la vida. Esto hiere al mas fuerte de los hombres pero sobretodo aquellos hombres llenos de sueños y deseos de ser mejores.

Diariamente debemos pedirle al Señor que examine nuestros corazones y nos haga entender cual es nuestra motivación al hacer estos comentarios. Muchas veces no son para edificación, ni confrontación en amor. La mayoría de las veces es para humillar a esa persona y elevar nuestra falsa perfección delante de los demás. Esto solo hace que las personas se alejen y desconfíen de nuestros consejos. Todas estas palabras ociosas lo que pueden hacer es atemorizar a nuestro hombre, volverlo inseguro, lleno de ira y esperando conflicto cada vez que nos vea.

Mi deber como esposa es independiente de si mi esposo cumple o no con la Palabra. No se trata solo de esposas casadas con inconversos. También es para aquellos que no obedecen la Palabra. Mi conducta debe ser casta y respetuosa. Hasta mi vestir debe ser cuidado, a Dios no le gusta la vanidad ni lo costoso de mi vestir. Debo poner limites en vestir y en mi boca. Mi tiempo y mi dinero le pertenecen a mi esposo también, no puedo malgastarlo en trivialidades. Para ser de testimonio en todos los lugares debo mostrar mi sometimiento a mi esposo. Puede ser que para los ojos del mundo nos veamos como unas tontas, pero Dios lo ve y le agrada que obedezcamos Su Palabra. No es que seamos inferiores, pero los roles que Dios nos ha dado como esposas van bajo el liderazgo de nuestra cabeza, que es el esposo.

Me encanta como este pasaje le recuerda a la mujer CRISTIANA a no dejar a su marido, no le dice que le predique, ni que demande sus derechos; es a través de la sumisión con gracia, amor, mansedumbre y respeto que se evangelizara a este hombre. Muchas veces nuestros actos hablan mas fuerte que nuestras palabras.

martes, 4 de enero de 2011

STOP!


“¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?” (Santiago 3:11)

¿Cómo es que puedo bendecir a mi esposo y a los demás, y con esa misma boca los maldigo?

¿Cómo es que puedo alabar a Dios y también me he visto cuestionando su obrar?

¿Cómo es posible que todos los domingos lo adoro junto a Su Iglesia y en la semana he tarareado canciones que no le honran?

Aquí en Santiago se nos advierte sobre la maldad de una lengua desenfrenada. Creo que la mayoría de nosotras, para no decir todas, necesitamos constantemente ponerle freno a nuestra lengua y seguro a nuestra boca. Es uno de los mayores males y que puede traer consecuencias desastrosas en nuestras relaciones.

Hemos sabido de miles de problemas por culpa de una lengua desenfrenada, desde problemas entre las naciones hasta familiares. Sabemos que NO es Dios quien actúa detrás de una lengua que esta obrando de manera pecaminosa, y si no es Dios detrás de esto entonces es Satanás. No podemos dejarnos dominar por las fuerzas del mal cada vez que abrimos nuestra boca para maldecir, chismear, criticar, abochornar, burlarnos y usar sarcasmos…Le pertenecemos a Dios! El nos puede ayudar, pidámosle su asistencia y con el poder de Su gracia nuestra lengua puede ser refrenada.

Sabemos que el refrenar nuestra lengua es algo muy difícil para nosotras. Pero pongámosle caso, concentrémonos y pidámosle a Dios su discernimiento para filtrar en nuestra mente lo que vamos a expresar; y que la ira ni el pecado tome control de la lengua. Mientras nos vamos poniendo mas viejas, se vuelve peor. Se vuelve un habito difícil de cambiar. Vuelvo y me pegunto ¿por qué es que he podido adorar la perfección y la santidad de Dios, y en otro momento, me he visto condenando a otros si no hacen las cosas como yo?

Dios, te pido coherencia en mi vida, coherencia en mi lengua. Santifica mi corazón para que de ahí salga un hablar edificante y piadoso. Ayúdame a ser de testimonio con mi hablar, dentro y fuera de mi casa. Nadie espera de un cristiano maldiciones, mentiras, chismes e improperios de nuestras bocas. Solo con tu ayuda podemos refrenar debidamente nuestras lenguas. Es por tu gracia y a través de la obediencia que lograremos bendecir en vez de maldecir y ser coherentes, tanto en nuestro hablar y en nuestro accionar. Gracias Dios!