Día 20-Perdón

"Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo." Efesios 4:32

Es hora de examinar el corazón; a medida que tomas este desafío de 30 días, ¿haz encontrado raíces de amargura que estén contaminando tu relación con tu esposo? ¿Entiendes que mientras no estés dispuesta a perdonar a tu esposo – por la gracia y en el poder de Dios – no podrás motivarlo? Tu propio resentimiento seguirá obstaculizando tu camino. Ahora es el momento de lidiar con cualquier actitud de falta de perdón. Perdónale del mismo modo que Dios te ha perdonado a ti.

¿Es tu esposo un hombre perdonador? ¿Se olvida rápidamente de tus problemas? Expresa tu gratitud por este gran hombre.

¿Tu esposo – justa o injustamente – te guarda rencor? De nuevo, ¿hay cosas que necesitas cambiar o necesitas pedirle perdón por una ofensa? Ayuda a que tu esposo sea más perdonador, perdonándolo rápidamente por sus errores.

Escrito por Nancy Leigh DeMoss

Publicado por Revive Our Hearts, © 2005. Se autoriza hacer copias en el formato exacto en que el documento es presentado, incluyendo los derechos de autor. Todos los demás usos requieren permiso escrito.

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Día 19- Bello!

Lee esta descripción que hace su amado de una esposa - Cantares 5:10-16

Las críticas dejan cicatrices; pero la motivación puede traer sanidad. Recuerda esto hoy mientras te enfocas en tu “Desafío de 30 Días de Motivación”

Casi nada es tan devastador para un hombre como creer que su esposa lo encuentra repulsivo. Lastimosamente, muchas mujeres, como muestra de su falta de sabiduría, critican el cuerpo de su esposo.

¿Alguna vez has considerado lo maravillosamente que Dios diseño a los hombres y a las mujeres. Sin importar como luzca un hombre – de acuerdo con los estándares del mundo – fue diseñado por un Dios amoroso y por tanto es “bello” a sus ojos. Anima a tu esposo, hoy, alabando su singularidad.

A medida que miras el cuerpo de tu esposo, desde el dedo gordo del pie hasta su calva o frondosa cabeza, agradece a Dios que tu esposo fue “hecho maravillosamente” y luego admíralo verbalmente (¿tiene brazos fuertes, pecho velludo, manos firmes, pies grandes, mentón pronunciado, hombros anchos, ojos compasivos o una gran sonrisa?).

Escrito por Nancy Leigh DeMoss

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